Sin embargo, el lugar original del huerto resultó inadecuado, por lo que el equipo trasladó el proyecto a otro lugar que no presentaba el mismo nivel de riesgo de inundación. Este nuevo emplazamiento también era problemático, ya que carecía de suministro de agua para el huerto comunitario. Por ello, el equipo adaptó la iniciativa para responder a la nueva necesidad de suministro de agua. Tras un acuerdo con el municipio de Tomé, el equipo decidió cofinanciar la ampliación de la red de agua existente en las cercanías hasta el lugar. La estructura del jardín se construyó, pero el municipio se retractó posteriormente para reasignar los fondos a otros proyectos municipales supuestamente más importantes. El desuso del jardín provocó contestaciones sociopolíticas, que finalmente llevaron al desmantelamiento de la estructura del jardín y a la cancelación de la iniciativa de suministro de agua. Los investigadores reasignaron los fondos de ADAPTO para ayudar a las jardineras en la búsqueda de un nuevo emplazamiento y en la reconstrucción del huerto. Esta experiencia demuestra que adaptarse y asegurar las alianzas ante las contingencias es primordial para el éxito de la implementación de una iniciativa local. En este caso, implicar a los vecinos que viven a las afueras del nuevo emplazamiento y mantener vivas las alianzas entre las distintas partes interesadas a lo largo del tiempo habría contribuido a evitar malentendidos y desvinculaciones.
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